Momento Pentair: Catriona tiene dulces sueños gracias al agua blanda
Lavar con agua descalcificada permite disfrutar de sábanas más suaves sobre las que dormir mejor cada noche
Sorprendentemente, ablandar el agua guarda una importante relación con el hecho de dormir bien. El agua blanda de calidad no solo nos permite disfrutar de una ropa de cama más suave, sino que además es menos perjudicial para la piel, la lavadora y el bolsillo. Si le cuesta conciliar el sueño, repase algunas de las ventajas reales de disponer de un descalcificador en su hogar. Puede que así disfrute de los más dulces sueños…
En pocas palabras: no es recomendable tener agua dura en el hogar, pero es un inconveniente que muchos soportamos. Si encuentra restos de calcificación en su tetera, marcas de cal en la mampara de la ducha o necesita una buena dosis de suavizante para que sus sábanas sean tan suaves como las de Catriona, sin duda tiene agua dura. Pero tranquilo, no es el único que la sufre. La gran mayoría de los países del centro y el sur de Europa se encuentran en zonas de agua dura. En realidad, depende de la geología del lugar y de la cantidad de calcio, magnesio y otros minerales que se acumulan en el agua antes de que esta alcance el grifo. Y aunque el agua dura no es perjudicial para los humanos, ciertamente no resulta beneficiosa en el hogar, especialmente en cuestión de ropa del hogar.
¿Hace el agua dura que su ropa resulte áspera y rígida?
Muchos tejidos están diseñados para absorber. No solo las toallas, también la ropa de cama, la ropa interior, la vajilla... de hecho, la mayoría de los artículos que pasan por la lavadora tienen esta particularidad. Si tiene agua dura, esos minerales de dureza son absorbidos rápidamente y parecen integrarse en la trama de los tejidos. Piense que la calcificación que afecta a su tetera, también se encuentra en su ropa limpia.
Con el tiempo, el tejido de esos vaqueros nuevos se volverá rígido, esas toallas esponjosas se convertirán en auténticos ralladores de queso y, por la noche, cuando se encuentre físicamente más cerca de su ropa, deseará que esta tenga un tacto lujoso, suave y terso, no áspero y rígido.
¿Necesita un descalcificador de agua si ya utiliza suavizante para la ropa?
La respuesta más directa y sencilla es: no utilice suavizante. Estos añaden una fina capa de cera a las prendas para reducir la fricción, haciendo que las fibras resulten cada vez más "resbaladizas". Esto reduce la electricidad estática y, a su vez, ayuda a separar las fibras haciendo que la ropa tenga un tacto más mullido y esponjoso.
Aunque en un principio los tejidos resulten muy agradables, con el tiempo esa capa "encerada" se acumula sobre el lino, por ejemplo, provocando que no logre eliminar la humedad de un modo tan eficiente y que, por lo tanto, sea menos absorbente. Especialmente en el caso de las toallas, la ropa interior y la ropa de cama, esto resulta molesto y muy perjudicial, dado que necesitan absorber la humedad y el sudor para que el usuario se sienta cómodo. Además, esta película grasa también actúa como barrera preventiva, dificultando la labor del agua y el detergente: desprender la suciedad y los olores. Justo por ese motivo, las prendas ostentan etiquetas de lavado que indican expresamente que NO deben emplearse suavizantes. En resumen, los suavizantes para tejidos resuelven artificialmente un problema mientras añaden otros. Lavar con agua descalcificada es la mejor forma, y la más natural, de mantener los tejidos en óptimas condiciones, más suaves y frescos, lavado tras lavado.
¿Continúa sufriendo las consecuencias del agua dura?
Si opta por lavar con agua dura, incluso con suavizante, necesitará más detergente y probablemente una temperatura más elevada para dejar limpia su ropa. Esto se debe a que los jabones en polvo y formato líquido no logran reaccionar tan bien con el agua con mayores concentraciones de esos minerales de dureza.
Naturalmente, el consejo más recurrente en zonas con agua dura es el de añadir más jabón e incluso aumentar la temperatura del agua. El agua descalcificada permite obtener una ropa más limpia y suave con un lavado a menor temperatura y con menos detergente que si lavamos con agua dura. El uso de un agua más fría siempre resulta más amable con los tejidos que la caliente; además, si tenemos en cuenta el coste actual de la energía, sin duda es mejor para su factura y bolsillo.
Despiértese con un agua descalcificada.
Si desea que su ropa quede tan suave, tersa y mullida como cuando la adquirió, lo más recomendable es lavar con agua descalcificada. Un descalcificador doméstico eliminará eficazmente los minerales como el magnesio, el calcio y el hierro presentes en el agua, mediante un proceso de intercambio de iones, convirtiendo el agua dura en blanda. El agua descalcificada resulta literalmente más sedosa y suave al tacto, y eso se traduce en ropa y tejidos más agradables. Las sábanas, las toallas y la ropa ofrecen un tacto más suave y elástico. Pero la ropa no será el único beneficiario.
El agua descalcificada resulta más idónea para el lavado y el baño personales, dado que precisará menos jabón para limpiar tanto el pelo como la piel. Pronto advertirá una disminución de las manchas de cal en su hogar, grifos más brillantes, fregaderos sin sedimentos y que los aparatos que usan agua caliente funcionan ahora de un modo más silencioso y eficiente. Se calcula que los hogares con agua descalcificada pueden llegar a ahorrar hasta un 25 % en jabón, detergente y otros productos de limpieza, así como experimentar una reducción significativa de la energía empleada en calentar el agua.
Si busca aún más razones de peso para convencerse de los beneficios del agua descalcificada tanto para su ropa como para la vida en general, tal vez deba consultarlo con la almohada.
Si tiene un momento...
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