Momento Pentair:
George encuentra la magia en un vaso
El agua trabaja para su personal
La idea de mantenerse hidratado no es ninguna novedad, pero el consejo ha variado con el paso de los años. Muchas veces se ha recomendado que un adulto consuma entre 1,2 litros y hasta 2,5 litros de agua al día. Sin embargo, sí hay algo en lo que todos los científicos están de acuerdo: mantenerse hidratado es vital y es preferible beber poco y con frecuencia a lo largo del día.
En el lugar de trabajo, la hidratación resulta especialmente importante para la productividad. Las investigaciones demuestran que una pérdida de tan solo el 1 % de la masa corporal de una persona por la pérdida de líquidos puede afectar a su rendimiento físico y mental. Independientemente de dónde trabaje, ya sea en casa, en la oficina, en la carretera o en una obra, eso puede traducirse en una falta de concentración, cansancio, dolores de cabeza y, a largo plazo, también en la pérdida de eficiencia de los riñones y el corazón. En presencia de deshidratación, la productividad salta por la ventana. Para quienes desempeñan funciones más exigentes desde el punto de vista físico, los efectos de la deshidratación pueden resultar más peligrosos, tanto para ellos como para quienes les rodean.
Fomentar hábitos de hidratación saludables
Aunque todos sabemos que debemos mantenernos correctamente hidratados, es un hábito que nos cuesta adoptar, motivo por el que cada vez más empresarios responsables fomentan el consumo sensato de agua en el lugar de trabajo. George trabaja en el Reino Unido, donde existe la obligación legal de proporcionar "un suministro adecuado de agua potable sana"; existen leyes similares en toda Europa. No obstante, no debería hacernos falta una ley para poner en prácticas medidas con buen sentido empresarial. Una plantilla hidratada es una plantilla más sana. Y, aunque no son contrarios al consumo de café, té o refrescos, la mayoría de los empresarios reconocen lo más evidente: que el agua no tiene calorías y es más respetuosa con los dientes, siendo así la mejor opción para fomentar hábitos saludables entre sus empleados.
Cómo conferir al agua el factor sorpresa en el lugar de trabajo
Evidentemente, el simple hecho de abrir el grifo no hace que los empleados hagan cola para beber agua. Aunque consumir el agua de la red municipal no representa ningún problema, sus empleados podrían mostrarse quisquillosos con lo que beben. Muchos prefieren comprar sus propias botellas de agua, con todos los problemas de sostenibilidad que ello conlleva, o peor aún, abstenerse de beber por completo durante su jornada laboral. Por ese motivo, en lugar de confiar en el grifo de la cocina, un dispensador de agua es la mejor opción para instar a sus empleados a consumir más agua. Estos dispositivos ofrecen un suministro interminable de agua clara y filtrada.
¿Dispensadores de agua alimentados por la red o por garrafas?
Aunque el consumidor pueda pensar que el agua embotellada es la mejor opción (incluso la procedente de un dispensador), esa percepción se basa en el desconocimiento de la extraordinaria capacidad de filtrado de los dispensadores de agua modernos. En su versión más básica, los dispensadores de agua actuales tienen filtros de cartucho carbon block que eliminan los olores y el mal sabor que pueden encontrarse en algunas aguas municipales. Otros muchos utilizan también cartuchos de microfiltrado que eliminan las bacterias y partículas microscópicas dañinas presentes en el agua del grifo.
El agua que atraviesa esos filtros es tan sana y pura como la de las marcas embotelladas más famosas del mundo. Contraste y compare con las grandes y engorrosas garrafas donde el agua permanece a veces durante semanas hasta consumirse por completo. Cierto que estas garrafas pueden reutilizarse, pero antes hay que recibirlas, levantarlas, almacenarlas y recogerlas. A menos que en sus instalaciones el acceso a una toma de agua resulte imposible, un dispensador conectado a la red siempre será la mejor opción, en todos los aspectos. Una vez instalado, su funcionamiento resulta muy rentable, dado que los cartuchos tienen capacidad para tratar miles de litros de agua antes de precisar sustitución.